jueves, 6 de octubre de 2011

CRISTALOTERAPIA UN NUEVO PARADIGMA


Tomando como punto de partida el modelo teórico desarrollado por el Instituto Kardem, con sede en Guadalajara, México. Se describe el complejo cibernético como una estructura formada por una imagen holográfica, una entidad de trabajo y programas de control, que junto a la unidad biológica vienen a conformar al Ser humano, se constituye el principio básico de Medicina Quántica.
Como parte del grupo de profesionales médicos que ponían en practica la Medicina Quántica, sabía que cualquier alteración e interferencia en el cuerpo de energía debería ser corregida y tratada con recursos terapéuticos que se aplicaran desde el punto de vista del manejo de la energía, corrigiendo alteraciones sin alterar el “delicado equilibrio de la vida”, para esto veníamos manejando desde hace tiempo recursos médicos farmacológicos naturales, logrando sensibilizar las moléculas de las plantas a través de fenómenos físicos como campos de ultrasonidos, exposición a campos electromagnéticos, procesos de compresión y descomprensión bruscos y radiaciones entre otros, con lo que se lograba un efecto terapéutico de recuperación de los daños, pero solo nos permitía llegar hasta cierto nivel del cuerpo de energía.
En siguientes estudios el Grupo Kardem logra desarrollar una herramienta terapéutica, al investigar las propiedades físicas del agua, las formas geométricas, los cristales, el cuarzo, la luz y el color, que al combinarlas podían proporcionarnos el manejo controlado de energía y corregir alteraciones, así surgen LAS UNIDADES DE CRISTALOTERAPIA E HIDROTERAPIA.
Con las unidades de cristaloterapia se han obtenido suficientes conocimientos para avalar la eficacia del cristal de cuarzo, al comprender que la forma helicoidal de su enrejado molecular logra un manejo perfecto de la energía radiante que captura del medio ambiente, convirtiendo al cristal de cuarzo en un acumulador y condensador de la energía electromagnética. Al poner el cristal de cuarzo en contacto con la piel, este cederá su energía en forma de pulsos, logrando con ello corregir las alteraciones del cuerpo de energía, por el principio de resonancia.  Porque debemos entender nuestra naturaleza biocristalina ya que tanto la sangre, otros fluidos corporales, los elementos que constituyen los huesos y hasta las mismas proteínas son básicamente biocristalinos. Al usar cristales de cuarzo lo que logramos es devolver la correcta frecuencia vibratoria en cada molécula y ayudar a nuestros pacientes a alcanzar el estado de bienestar físico,  mental y emocional que requieren.

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